martes, 12 de abril de 2011

Analisis Semiótico de "Me importa un pito que las mujeres" de Oliverio Girondo


Análisis Semiótico
No sé me importa un pito que las mujeres
Argumento.
Conoce a María Luisa y se da cuenta que es una mujer excepcional y nota la diferencia entre una mujer normal y una como María Luisa.
Conflicto:
Aclaración
Secuencias:
Situación Inicial
Disforica
No sé me importa un pito que las mujeres
tengan los senos como magnolias o como pasas de higo;
un cutis de durazno o de papel de lija.
Le doy una importancia igual a cero.
Proceso
Mejora
¡Pero eso sí! -y en esto soy irreductible- no les perdono,
bajo ningún pretexto, que no sepan volar.
Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!

Situación final
Eufórica
Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender
la seducción de una mujer pedestre,
y por más empeño que ponga en concebirlo,
no me es posible ni tan siquiera imaginar
que pueda hacerse el amor más que volando.




Oposiciones:
Mujer
Hombre
Importancia
Sin importancia
Volar
Con los pies en la tierra
Ligereza
Pesadez
Pedestre
Andar volando/delicadez

Espacios:
La historia corre en una casa

Tiempos:
No hay datos que nos ubiquen en algún tiempo, la historia podría estar ocurriendo en este momento.

Denotación:
Un estado de felicidad enorme al estar al lado de una persona que es más que una mujer terrestre, alguien que deja volar a la imaginación y ella se incluye en ese vuelo, desapareciendo la rutina y volviéndola solo una palabra.

Connotado:
Siempre existen personas con grandes virtudes y con personalidades increíbles, como dirían por ahí “todo lo feo, tiene su bonito”.

Propuesta Ideológica:
Es una propuesta de inclusión, del amor puro y verdadero, lo que importa no es el físico es la esencia del sentimiento es la manera de ver las cosas, de sentirlas, de vivir la vida, de compartir con un ser único e irrepetible, es también una propuesta en contra del racismo y la discriminación que nos demuestra que todas las personas contamos con algo especial.

Oliverio Girondo
No sé me importa un pito que las mujeres...

No sé me importa un pito que las mujeres
tengan los senos como magnolias o como pasas de higo;
un cutis de durazno o de papel de lija.
Le doy una importancia igual a cero,
al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco
o con un aliento insecticida.
Soy perfectamente capaz de soportarles
una nariz que sacaría el primer premio
en una exposición de zanahorias;
¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible- no les perdono,
bajo ningún pretexto, que no sepan volar.
Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!
Ésta fue -y no otra- la razón de que me enamorase,
tan locamente, de María Luisa.
¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos?
¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo
y sus miradas de pronóstico reservado?
¡María Luisa era una verdadera pluma!
Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina,
volaba del comedor a la despensa.
Volando me preparaba el baño, la camisa.
Volando realizaba sus compras, sus quehaceres...
¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando,
de algún paseo por los alrededores!
Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado.
"¡María Luisa! ¡María Luisa!"... y a los pocos segundos,
ya me abrazaba con sus piernas de pluma,
para llevarme, volando, a cualquier parte.
Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia
que nos aproximaba al paraíso;
durante horas enteras nos anidábamos en una nube,
como dos ángeles, y de repente,
en tirabuzón, en hoja muerta,
el aterrizaje forzoso de un espasmo.
¡Qué delicia la de tener una mujer tan ligera...,
aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas!
¡Que voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes...
la de pasarse las noches de un solo vuelo!
Después de conocer una mujer etérea,
¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre?
¿Verdad que no hay diferencia sustancial
entre vivir con una vaca o con una mujer
que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?
Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender
la seducción de una mujer pedestre,
y por más empeño que ponga en concebirlo,
no me es posible ni tan siquiera imaginar
que pueda hacerse el amor más que volando.

1 comentario:

  1. El "se" del primer verso no lleva acento, no es verbo sino partícula objeto directo que redunda y refuerza al objeto explicitado en la subordinada.

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